El proyecto de ley de hidrocarburos enviado al Senado deja en claro que el gobierno retrocedió en sus intenciones originales ante la resistencia de algunos gobernadores, y que este proyecto sólo esta pensado para YPF. No contempla los mejores intereses de las provincias, no fomenta el crecimiento de las empresas nacionales petroleras de menor tamaño, ni cambia drásticamente la ecuación para las grandes petroleras con quienes YPF, luego de decir exactamente lo contrario, aspira a concretar mas y mejores acuerdos. Al expropiar YPF se decía “Fuera Chevron, Esso y Shell”, ahora hay un proyecto de ley para beneficiar a quienes ayer querían expulsar.
Un aspecto positivo es que las Provincias acuerdan unificar las tasas de ingresos brutos, se fijan criterios para el impuesto de sellos y los Municipios acuerdan no crear tasas específicas o incrementar las existentes.
En nuestro país jamás una empresa petrolera importante tomó la decisión de entrar, salir, invertir o no invertir en función de los impuestos municipales o provinciales.
Otro punto destacable es que las Provincias y la Nación acordarán las condiciones de futuros pliegos de licitación. Es mejor tener un criterio común a tener uno por Provincia. Ahora, las petroleras importantes negocian contratos en Africa, en Irak, en Irán, en Venezuela, en Rusia, etc. ¿Alguien cree que si el negocio es interesante no invertirán porque Neuquén ofrece contratos distintos que Salta? Estas empresas tienen mas experiencia en contratos y licitaciones que en interpretación de líneas sísmicas.
Un aspecto controvertido es que se le otorgan “condiciones especiales” a quienes inviertan mas de 250 millones de dólares en 3 años. Si una empresa nacional invierte 50 millones de dólares en un año y duplica las reservas o la producción no tiene “beneficios”.
La discriminación es curiosa, se hace por el tamaño de la billetera, a los muy grandes todo, a los no tan grandes (aunque sean eficaces) nada. Delicias de la revolución Nac & Pop.
Sin duda la mayor discusión esta en el “acarreo”. ¿Qué es?. Habitualmente el dueño del recurso (las Provincias) se asocia con quien invierte, y éste realiza las inversiones por ambos. El dueño del recurso devuelve su parte (ajustada por intereses) con lo producido del área. El “acarreado” pone el recurso y devuelve lo invertido por su socio en caso de éxito.
El acarreo tiene un impacto financiero que dependerá del costo del capital del socio y de la tasa que se aplique para la devolución. ¿El “acarreo” espanta inversores? No, el problema de YPF es que necesita que las provincias no se sumen a los proyectos siendo “acarreadas”. Si los inversores acuerdan con las Provincias, ¿Para qué necesitan a YPF?
YPF no puede conseguir los fondos necesarios para desarrollar en gran escala los hidrocarburos no convencionales. Necesita del “acarreo”. Por eso YPF desplaza a las Provincias.
Aparece aquí una contradicción. La expropiación de YPF se hizo para “beneficiar a la sociedad”. YPF bajó el precio de compra de los biocombustibles perjudicando a quienes el propio Congreso por Ley había incentivado, aumentó los precios de los combustibles por encima de cualquier índice de precios, recibió mas de 6.000 millones de pesos en subsidios. Las ganancias de YPF del 2013 se explican por el aumento de precios y por los subsidios.
Hoy YPF se beneficia de los argentinos, cuando se suponía que sería al revés. Las actuales ganancias de YPF no son el resultado de haber atraído inversores. Las inversiones se financiaron hasta ahora bajando el ingreso disponible de los argentinos (vía aumento de precios y subsidios).
Ahora es el turno de las Provincias, deben ceder su posibilidad de ser “acarreadas” para que YPF acuerde con otras petroleras. Hoy YPF crece a costa de nuestro bienestar, debería ser a la inversa. Por eso los señores legisladores deberían hacerse esta pregunta: ¿YPF está al servicio del País o el País está al servicio de YPF y sus socios?