Quienes siguieron las alternativas de la expropiación parcial de YPF recordarán que uno de los argumentos utilizados por la Presidenta para solicitar el apoyo del Congreso era que la empresa quería obligarla a aumentar el precio de los combustibles.
Durante el debate parlamentario, el cristinismo sostuvo que tomando el control de YPF el Estado podría volcar al mercado interno las ganancias extraordinarias que la empresa estaba girando al exterior (por cierto, con la autorización del propio gobierno que luego la estatizó).
La política de precios que siguió YPF luego de su expropiación parcial confirman que la Presidenta no nos dijo la verdad.