¿Qué diferencias o semejanzas tiene la actual crisis griega, respecto a la que vivió nuestro país en 2001? El corralito y el default griego parecen ubicar a esta crisis cerca de la nuestra, pero no todo es tan parecido.
Argentina tenía un régimen de convertibilidad del peso con el dólar mientras que Grecia utiliza el euro y ya no circula el dracma. Ni Argentina manejaba ni Grecia maneja hoy su política monetaria. Grecia está en la situación que hubiéramos estado si dolarizábamos. Al dólar lo administra la Reserva Federal de los EE.UU. y al euro el Banco Central Europeo (BCE). Grecia forma parte de ese banco pero no lo controla.
Al definir su política económica, Grecia toma como “dada” la política monetaria del BCE. Para tener una política monetaria autónoma Argentina “sólo” tuvo que abandonar la convertibilidad, para volver al dracma Grecia tiene que abandonar la “zona euro” con todo lo que ello implicaría desde lo político.
Argentina luego del default y de la salida de la convertibilidad pudo volver a crecer, Grecia hace mas de 5 años que viene buscando una salida. No digo que lo hecho por Argentina fue maravilloso, sólo señalo opciones de política económica al alcance de ambos países.
Argentina en 2001 tenía superávit primario pero tenía déficit financiero por el peso de los intereses de la deuda. Luego del default y la devaluación la economía empezó a crecer. Con menos intereses y crecimiento se logró rápido el superávit fiscal.
Cuando empezaron sus problemas Grecia tenía déficit primario y financiero. No le alcanza con resolver el problema de la deuda, tiene que resolver el problema de competitividad de toda su economía.
Ahí esta el gran desafío de Grecia. Dentro de la zona euro pasa algo parecido a lo que los economistas argentinos conocemos como Estructura Productiva Desequilibrada. El agro es tan competitivo que termina determinando el tipo de cambio real afectando a la industria que es menos competitiva. La industria local no es necesariamente ineficiente, pero así luce al lado de la competitividad del campo.
En Europa Alemania termina gravitando sobre el valor relativo del Euro, pero ese tipo de cambio le quita competitividad a Grecia. No le venden nada a nadie, es la frase escuchada en estos días. No se trata que los griegos sean incompetentes, son mucho menos productivos que los Alemanes, pero la moneda es la misma para ambos. Europa tiene el problema de una Estructura de Productividad y Competitividad Desequilibrada entre países.
¿Cómo puede corregir Grecia esta diferencia sin hacer política monetaria? Tienen que bajar los precios internos en euros, algo que lógicamente es resistido por la sociedad. ¿Cuál es la otra opción? Dejar el euro y volver al dracma. Los griegos podrían mantener precios nominales medidos en dracmas, pero éste se depreciaría frente al euro. Por ambos caminos los precios internos medidos en euros tenderían a bajar.
Si Grecia consigue financiamiento “compra” tiempo pero no resuelve la cuestión de fondo. El BCE aplicó en estos últimos años una política monetaria muy expansiva, que no terminó de resolver los problemas de los países menos competitivos.
Argentina y Grecia nos muestran dos cuestiones que conviene tenerlas siempre en cuenta. Una es que los desafíos que enfrenta una economía que no puede determinar su política monetaria no siempre son soportados por la sociedad. La otra es que la “lluvia” de moneda (pesos o euros) nunca determina ni el crecimiento ni el desarrollo de una sociedad.